domingo, 26 de agosto de 2012

Cuidando de mi jardín...

Cuidando de las plantas de mi nuevo hogar, recuerdo que no está en mis manos hacer que las cosas acontezcan, no puedo diseñar y planificar el futuro, pero puedo facilitarlo…

Ha sido maravilloso nuevamente meter las manos en la tierra y asistir una vez más al milagro de la vida acontecer en sus diferentes manifestaciones… 

Traje de mi viejo hogar una planta que ha estado conmigo por más de diez años, ha sobrevivido mil batallas y siempre ha salido victoriosa. Ha sido fuerte, valiente y se ha adaptado a múltiples cambios, un vivo ejemplo de resiliencia. Sin embargo, ha tomado tiempo que se acostumbre a su nuevo rinconcito en el mundo, hasta ahora tiene el color verde intenso que la ha caracterizado siempre y se mira contenta y vivaz. 

Las plantas que encontré en mi nueva casa estaban algunas tristes, otras enfermas, otras al borde de la muerte. Con amor, paciencia y dedicación unas han ido sanando y renovando sus hojas, otras están felices y con nuevos retoños, otras murieron y unas están en cuidados intensivos… 

También traje nuevas plantas que están alegres desde que llegaron y hay otras que están por venir… 

Es impresionante cuanto aprendo de la vida cuidando de mi  jardín interno… 

Si bien es cierto, he cuidado con el mismo amor, paciencia y dedicación a todas las plantas,  cada una de ellas ha seguido un camino de vida, de desarrollo, diferente y en diferentes tiempos y ritmos. 

Cuanto me enseña esta experiencia, sobre mi profesión como facilitadora, cuanto me recuerda que la vida es ingobernable, que el desarrollo no se fuerza, que él sigue un camino de adentro para fuera… 

Así como en mi jardín, en mi vida no puedo imponer mi voluntad y creer que de esa manera va a florecer y tornarse más completa. No puedo modelarla de acuerdo con mis deseos.  Quiero entonces aprender a vivir sin resolución, sin claridad, con ambigüedad continua, con paciencia y preguntas,  porque voy construyendo mi realidad en la medida en que camino…   

Inmersa en estas reflexiones viene a mi mente un maravilloso texto del Arzobispo Oscar Romero… 

“Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte de esa magnífica empresa que es la obra de Dios. Nada de lo que hacemos  está acabado, lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros. 
 
Esto es lo que intentamos hacer: plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, sabiendo que son promesas de futuro. 
 
Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo. Los efectos de la levadura que proporcionamos van más allá de nuestras posibilidades.
 
No podemos hacerlo todo y, al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación. Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien. 
 
Puede que sea incompleto, pero es un principio, un paso en el camino, una ocasión para que entre la gracia del Señor y haga el resto.

Es posible que no veamos nunca los resultados finales. Pero esa es la diferencia entre el jefe y el albañil. Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías. Somos profetas de un futuro que no es nuestro."
 

viernes, 6 de enero de 2012

Oscilando...

Sustentando meu lugar numa sociedade machista, tradicional e conservadora, tenho dançado energicamente, desenvolvendo estruturados, rígidos, fortes e rápidos movimentos; rompendo corajosamente paradigmas. Tenho nutrido uma posição de luta...constituído-me numa mulher guerreira...

Alguns anos atrás comecei desenvolver conscientemente uns outros movimentos, sustentando uma posição de não luta. Esses movimentos são mais suaves, lentos, fluidos, eles recebem e acolhem...

Neste momento sinto-me no meio dum caos, as vezes dançando a um ritmo muito rápido e forte, rompendo e entrando...as vezes dançando devagarinho, recebendo e acolhendo, aberta e esperando...

Lindsay Clarke fala em seu livro The Chymical Wedding que “...Se tivéssemos de encontrar a chave para a condição explosiva do mundo, isso só poderia ser feito mantendo os contrários unidos. Essa era a chave...e preservar essa união é algo que só poderia ser feito por...homens e mulheres de toda parte que estivessem preparados para oscilar...”

Pois é, estou aprendendo a oscilar...a balançar-me, prestando atenção aos novos, armoniosos movimentos e ritmos que aos poucos vão tornando-se...tornando-me...